La Guerra Civil Española
La abuela Lola – una maleta sin destino
Entonces, todo el pueblo debía correr a los refugios habilitados. En casa de mis abuelos maternos había un lugar donde guardaban el carbón con una escalera curva de piedra para ir a un pequeño desván. Cuando en casa de la abuela oían la alarma, todos corrían a protegerse bajo la escalera. ¡Su refugio estaba en la casa! Arrodillados, con la cabeza entre las piernas y agarrando fuertemente con los dientes un palo para que las bombas no les reventaran la boca, --es decir, para que no se rompieran los dientes con la onda explosiva--, rezaban hasta que pasaba el ataque.