El Camino de Santiago
 Capítulo Cuarto – Un japonés, un cura y cuatro presos
  El amanecer desde O Cebreiro fue uno de los más bonitos del viaje. 
Al despertarnos nos habíamos encontrado con una 
niebla espesa, pero afortunadamente desapareció 
en cuestión de minutos y pudimos disfrutar de 
unas maravillosas vistas junto a la iglesia de Santa Maria la Real. 
La mañana estaba bastante más fresca que las anteriores, 
lo cual era normal 
teniendo en cuenta que empezábamos 
la jornada a 1295 metros de altura y que hoy llegaríamos hasta los 1370.