El nombre de las columnas de Hércules fue muy
usado en la Antigüedad Clásica con diversas variantes. Los fenicios
nombraban las columnas de Melkart en sus textos, los griegos
asimilaron el lugar con el nombre de las columnas de Heracles y los romanos
lo hicieron con el nombre de las
columnas de Hércules. Este punto geográfico reflejaba una importancia vital para la civilización del Mar Mediterráneo. Este lugar
no debía ser traspasado jamás. Las columnas indicaban un límite físico y psicológico. Tras esos límites
no existía nada. Las columnas
eran el fin de tierra conocida, eran
el fin del mundo para los habitantes del mar Mediterráneo.