Pero vamos a empezar, si les parece, por las burlas que recibió Trump en la Cumbre de la OTAN…
Los pasados 3 y 4 de diciembre, el Reino Unido acogió la cumbre anual de la OTAN. Como siempre que se celebra un gran evento en Londres, la Reina de Inglaterra, Isabel II, invitó a los jefes de estado y de gobierno de la Alianza Atlántica a una recepción en el Palacio de Buckingham. Una oportunidad que los líderes de la OTAN aprovecharon para conversar, de forma coloquial y desenfadada, sobre distintas cuestiones multilaterales. Estos encuentros suelen ser privados y en ellos no se permite el acceso a los medios de comunicación. Pero claro, en la era de los smartphones, siempre puede haber alguna persona indiscreta, o malintencionada, dispuesta a grabar lo que sea. Y eso fue justamente lo que ocurrió.
Madrid acoge, desde el pasado 2 de diciembre, la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático, más conocida como el COP 25. Durante dos semanas, hasta el 13 de diciembre, expertos de casi 200 países estudiarán cómo frenar el calentamiento global y sus desastrosas consecuencias. El futuro del planeta está en juego y no hay tiempo que perder.
Estaba previsto que Chile fuera el anfitrión del evento, pero los disturbios y la inestabilidad social de las últimas semanas obligaron al presidente Sebastián Piñera a ordenar la suspensión de la cumbre. España recogió el guante y se ofreció para acoger
Dilan Cruz era un joven estudioso y trabajador. Vivía al sur de Bogotá, en el seno de una familia humilde, con su madre, su abuelo materno y dos hermanas a las que quería con locura. Acababa de cumplir 18 años. Dilan siempre tuvo claro que sin una buena educación no lograría ascender en la escala social. Su objetivo era ir a la universidad y, para conseguirlo, puso todo empeño en concluir sus estudios de bachiller. Pero su familia no tenía los recursos suficientes para sufragar su educación superior, razón por la cual Dilan estaba considerando pedir un préstamo al Instituto Colombiano de Crédi
La injerencia de los militares en la política es de trágico recuerdo para muchos países latinoamericanos. En la segunda mitad del siglo XX, los golpes de estado y las dictaduras militares fueron la norma en varias naciones del continente. En 1973, el general Pinochet derrocó el gobierno democrático de Salvador Allende, y luego dirigió Chile con puño de hierro durante 17 años. En Argentina, las Juntas Militares impusieron su régimen de terror e iniciaron una brutal represión que se cobró la vida de unas 30.000 personas. Hugo Banzer, en Bolivia; Castelo Branco, en Brasil; Alfredo Stroessner, en
El filósofo romano Cicerón dijo una vez que la historia es “testigo de los tiempos, luz de la verdad, vida de la memoria, maestra de la vida y testigo de la antigüedad”. Las sociedades que primero desarrollaron una cultura escrita tuvieron más posibilidades de conservar la historia y la memoria de sus gentes. Miles de años después, tenemos un gran conocimiento sobre las civilizaciones egipcias y grecorromanas. Pero quizá no sabemos tanto acerca de las civilizaciones indígenas que poblaron el continente americano antes de la llegada de los colonos europeos. El volumen de la historiografía exist