21 November 2018
Tengo que confesar que estoy comenzando a sentir cierta simpatía por Theresa May. No demasiada, eso sí, pero algo es algo. Y esto quizá pueda sorprender a muchas personas, porque si hay una cosa en la que no destaca la primera ministra británica es en su capacidad de generar simpatía. Quizá precisamente por eso estoy comenzando a admirarla un poco. Theresa May está demostrando ser una gran batalladora. A pesar de haber asumido el cargo por pura carambola, tras la renuncia de David Cameron, y de no creer fervientemente en la salida del Reino Unido de Europa —ella votó a favor de la permanencia—