| María: | Nadie puede tocar a Celia Cruz. Celia es Celia. Pero Cuba tuvo otra cantante que llegó a brillar tan fuerte como la Reina de la Salsa. Sí, hubo un tiempo en que La Lupe causaba sensación. Primero en Cuba en los años cincuenta, y la siguiente década en Estados Unidos. Tenía una voz impresionante, la habilidad para interpretar cualquier género musical y una presencia sobre el escenario que no pasaba desapercibida. Sobre la tarima, La Lupe era un vendaval. Entraba en trance y parecía poseída. Se arrancaba la ropa, se quitaba la peluca, aullaba, atacaba al pianista, lanzaba sus collares al público, se tiraba para atrás y se dejaba caer al piso. ¡Y la gente adoraba esa pasión arrolladora! “Yo creo que le gusto a la gente porque hago lo que ellos quisieran hacer, pero no se atreven”, decía ella. Jean Paul Sartre la describió como un “animal musical” y Ernest Hemingway la llamó “creadora del arte del frenesí”. |