¡Saludos, y bienvenidos a un nuevo episodio de nuestro programa informativo semanal! Soy Gonzalo, y hoy es miércoles, 6 de febrero de 2019. Empezamos hablando de un conflicto entre lo nuevo y lo viejo En Madrid y Barcelona, los taxis han hecho huelga durante días y semanas en contra de la presencia —según ellos, abusiva— de Vehículos de Transporte Concertado. En otras palabras, de Uber y Cabify. En la capital de España, después de más de medio mes en la calle, la protesta todavía no ha terminado.

En el último mes, los taxis de Madrid y Barcelona han estado en guerra: han hecho huelga; los de Madrid siguen protestando contra la presencia, cada vez más abundante, de una competencia contra la que están perdiendo. Se trata de las VTC, Vehículos de Transporte Concertado (VTC), que con compañías como Uber o Cabify, les quitan clientes y amenazan su negocio.

Y de las calles de las grandes ciudades de España, nos vamos a las montañas y al mar de Asturias, una de las regiones más hermosas del país, pero también más amenazadas por la contaminación.

“Paraíso Natural”. Así se vendía Asturias en un eslogan turístico de los años ochenta que triunfó hasta el punto de que todavía sigue identificando en el imaginario colectivo a esta pequeña región del norte de España. Yo todavía tengo en algún cajón un llavero con la bucólica imagen: unas verdes praderas que descienden al mar tras las ventanas arqueadas de una iglesia.

Lo que no contaba la publicidad es que —además de sus extraordinarios parajes naturales e históricos— la región tiene el dudoso honor de ser la comunidad autónoma que más dióxido de carbono emite por habitante. Este territorio entre las montañas y el mar —en eso la publicidad no miente— tiene una población de un millón de personas, pero responde por el 16% de las emisiones de CO2 de todo un país de 48 millones de habitantes. Andalucía, con más de ocho veces la población asturiana, emite el 19% del dióxido de carbono en España.

Nos fijamos ahora en un suceso ocurrido en el sur de España. Una tragedia que ha sido convertida en un espectáculo televisivo.

Durante las dos últimas semanas de enero, buena parte de la España que ve la televisión ha estado pegada a la pantalla para seguir una historia sin final feliz. El caso de Julen, un niño de dos años que se cayó en un pozo en una finca en la provincia de Málaga, ha generado una gran atención social, espoleada por unos canales ansiosos por mejorar sus índices de audiencia en unos tiempos críticos para el consumo convencional de televisión.

"El rescate de Julen, episodio 9", se pudo leer en la pantalla de uno de estos canales uno de los días en los que el equipo de rescate minero enviado a Totalán

Hasta aquí tres asuntos de la actualidad en España. Ahora alzamos la mirada a otras partes del planeta.

La guerra de Afganistán puede haber entrado en una nueva fase, diecisiete años y medio después de la invasión de Estados Unidos. "El gobierno estadounidense ha pactado con los talibanes iniciar la retirada de sus tropas del país asiático. Washington y talibanes fijaron, el pasado 28 de enero, un plazo de 18 meses para poner en práctica el acuerdo."

Eso no significa que el conflicto haya terminado porque, como ha dicho en una entrevista a TVE Jesús Núñez, profesor de relaciones internacionales y experto en geopolítica, los talibanes pueden pensar ahora que “el tiempo empieza a correr en cierta m

Y un poco más al Este, en Tailandia, la guerra se disputa contra la contaminación. Y por ahora, tampoco se vislumbra una victoria…

Los niños y niñas de Bangkok no van a clase desde el miércoles 30 de enero. La razón: las 437 escuelas de la capital de Tailandia están cerradas. El gobierno del país asiático ha decidido no abrir los colegios porque el aire es irrespirable, y cree que sin los coches y autobuses que llevan y traen a los escolares se aliviará la situación.

Es la última medida a la desesperada que se adopta en Tailandia ante una situación alarmante. Bangkok lleva días cubierta por una densa niebla tóxica, consecuencia de la contaminación provocada por el tráfico, la construcción, la industria y una serie de incen