¡Hola a todos y bienvenidos a un nuevo episodio de nuestro programa informativo semanal! Soy Gonzalo, estamos a miércoles 20 de marzo y esta semana no podemos comenzar sin mencionar el ataque de un terrorista de extrema derecha en una mezquita de Nueva Zelanda, por el que han muerto ya 50 personas. El presunto autor del ataque, un ciudadano australiano, ha sido detenido. Al horror de las muertes hay que sumarle el de la retransmisión en vivo en Facebook de la matanza.

No es la primera vez que las redes sociales juegan un papel nefasto en la propagación del terrorismo. En mi opinión, el atentado en Nueva Zelanda exige un debate sobre la regulación de las plataformas sociales, para impedir que sigan estimulando la violencia terrorista. Como también creo que, en países como España, se debería empezar a debatir por qué se siguen produciendo armas que otros países usan en guerras despiadadas contra la población civil. Es el tema de nuestra primera noticia.

España exporta cada vez más armas a Arabia Saudí. Según un informe publicado el 12 de marzo por la revista El Salto, en el año 2017 batió todos los récords: vendió armamento por un valor de 270,2 millones de euros a la monarquía de Oriente Medio.

Mientras países como Canadá y Suecia han interrumpido sus exportaciones de armamento debido a los crímenes cometidos por Arabia Saudí contra la población civil de Yemen, el presidente español, Pedro Sánchez, ha preferido mantener un negocio iniciado por el gobierno de Mariano Rajoy.

La próxima noticia es sobre una persona que sabe perfectamente lo que significa trabajar para un mundo mejor, incluso cuando eso significa que las autoridades la investiguen.

Tras más de un año de persecución judicial en Marruecos, Helena Maleno por fin puede respirar aliviada. Según una crónica publicada el 11 de marzo por el periódico eldiario.es, la causa contra la activista española ha sido archivada por un tribunal de Tánger. La Justicia marroquí decidió que la ayuda prestada por Maleno a los migrantes en el Estrecho de Gibraltar no puede ser considerada un crimen.

La fiscalía marroquí venía acusándola desde diciembre de 2017, cuando en el país africano se activó una antigua demanda por un supuesto delito de tráfico de personas. Residente en la ciudad de Tánge

Y de un lado del Atlántico nos vamos al otro, donde seguiremos hablando de leyes, aunque de muy distinto tipo.

Ni cambio climático ni inmigración. El tema de moda en el Partido Demócrata de Estados Unidos es la marihuana. En contra de lo que podría esperarse por la histórica guerra de Washington contra las drogas, la mayoría de los candidatos demócratas a la presidencia defiende la legalización del consumo recreativo de marihuana.

Publicada el pasado 11 de marzo por el periódico británico The Guardian, la noticia menciona dos propuestas legislativas presentadas por congresistas demócratas. La primera, del senador por Nueva Jersey Cory Booker, legaliza el uso recreativo de la droga en todo el país. Ademá

El país que protagoniza nuestra próxima noticia fue muy progresista, y audaz, hace seis años, cuando decidió legalizar la marihuana. Sin embargo, eso no lo salvó de tener líderes reaccionarios en cargos muy importantes.

El gobierno de Uruguay destituyó la semana pasada al comandante en jefe del Ejército, Guido Manini Ríos, por hacer declaraciones contra la Justicia en un proceso relacionado con la dictadura militar que gobernó el país entre 1973 y 1985. "Un militar citado como indagado por la Justicia no tiene las garantías del debido proceso y es condenado en base a conjeturas o convicciones inadmisibles sin pruebas fehacientes, fraguadas o inventadas", dijo Manini Ríos, según una crónica publicada el 12 de marzo por el periódico español el País.

Al parecer, no es la primera vez que Manini Ríos se enfrenta co

Y, para terminar, una noticia esperanzadora sobre el respeto al medio ambiente y al trabajo colectivo.

Artículos ecológicos, de buena calidad y producidos cerca. Son tres de los criterios con que se lanzó este sábado La Osa, un supermercado cooperativo de Madrid que también aspira a tener precios accesibles para todos.

Publicada el pasado 14 de marzo por la revista española El Salto, la noticia explica el funcionamiento de la cooperativa, ubicada en la zona norte de Madrid. Para comprar los productos expuestos en los estantes habrá que asociarse, con un aporte de 100 euros al capital social y tres horas de trabajo al mes.

Como explica Tomás Fuentes, uno de los fundadores de la cooperativa, La Osa