
Estos días he estado pensando en cómo sería hoy Brasil de haber triunfado en 2023 el golpe de Estado que tramó el expresidente Bolsonaro tras perder las elecciones ante el progresista Lula da Silva. También me he dado cuenta de la cantidad de amenazas que actualmente acechan a los países democráticos y de lo frágil que es la democracia, si no se protege. Esto lo sabe bien Alexandre de Moraes, el juez relator del proceso que ha condenado a Bolsonaro a 27 años y tres meses de prisión.
Nacido en Sao Paulo en 1968, De Moraes ha protagonizado uno de los capítulos más intensos de la historia de Brasi

Quien ya peine alguna cana, como yo, habrá tenido tiempo de constatar una curiosa correlación en la política estadounidense. Cuando la moralidad del presidente está en apuros, el país lanza bombas en algún sitio del mundo. Ocurrió en 1998 con Bill Clinton. En las fechas en que la Cámara de Representantes publicó un informe en el que los republicanos acusaban a Clinton de cometer “delitos graves y faltas” relacionados con el escándalo sexual de su becaria, Monica Lewinsky, el Pentágono decidió bombardear Irak en la llamada Operación Zorro del Desierto.
Ahora, cuando el escándalo Epstein cerca a
Javier Milei tiende a retorcer la realidad para que concuerde con sus ideas. Por eso fue tan relevante que acatase sin paliativos la “clara derrota” que cosechó su coalición, la Libertad Avanza, en las elecciones provinciales de Buenos Aires del 7 de septiembre. La alianza peronista Fuerza Patria, liderada por Axel Kicillof, se impuso por más de 13 puntos. “Las urnas le dijeron a Milei que no se les puede pegar a los jubilados ni frenar las obras públicas y que no se puede desfinanciar la educación, ni la salud, ni la ciencia, ni la cultura”, señaló Kicillof, convertido ya en la gran esperanza

Hubo un tiempo en que se hablaba de “italianización” para describir a los países en los que, como solía ocurrir en Italia, los primeros ministros duraban en el cargo apenas un suspiro. Aquellos tiempos quedaron atrás, y hoy es Francia quien ejemplifica la inestabilidad crónica. El hecho de haber coleccionado cuatro primeros ministros en doce meses marca, seguramente, algún tipo de récord. El último en sentarse en esa silla caliente se llama Sébastien Lecornu, y tiene 39 años.
El nombramiento de Lecornu, que hasta ahora era ministro de Defensa y pertenece al centrista Renaissance –el partido de

Viendo las noticias de esta semana, está claro que son muchos los políticos que sucumben a las flaquezas humanas. Quizá por eso hace unos días el primer ministro de Albania, el socialista Edi Rama, anunció el nombramiento como ministra de Contratación Pública a Diella, una mujer de mediana edad generada por inteligencia artificial. Un punto a favor de la ‘ciberministra’ es que no tendrá la tentación de robar dinero para gastarlo en mansiones, autos de lujo y viajes exóticos.
No sé si la noticia me divierte o me preocupa, quizá las dos cosas. Lo que está claro es que el mandato que ha recibido