
El pasado lunes, 20 de abril, Naciones Unidas denunció que el bloqueo israelí a la entrada de ayuda humanitaria en Gaza había cumplido 50 días. El portavoz de la Secretaría General de la ONU, Stéphane Dujarric, explicó en rueda de prensa que las reservas de alimentos en la Franja se habían reducido peligrosamente. Que los medicamentos, vacunas y suministros médicos esenciales se estaban agotando. Que el gas de cocina había desaparecido de los mercados. Que las panaderías habían tenido que cerrar.
A medida que pasa el tiempo, la realidad de lo que ocurre en Gaza va quedando cada vez más desnuda.

Se dicen tantas cosas de los cónclaves vaticanos, que uno no sabe qué creer. Se dice, por ejemplo, que después de un papa progresista suele venir uno conservador —y después de uno conservador, uno progresista—, pero también que el resultado de estas votaciones es impredecible. Se dice que el cardenal que entra en el cónclave como favorito para ser el nuevo papa nunca sale como tal. De todas formas, en este caso muchos aseguran que los politiqueos que rodean la elección del nuevo pontífice comenzaron ya en febrero, cuando el papa Francisco cayó gravemente enfermo de neumonía.
Lo que sí es seguro

El Salto, un conocido periódico de izquierdas, ha encontrado un filón informativo destapando casos de policías infiltrados en organizaciones ecologistas y sociales. El más reciente ha sido el de Nieves López Medina —una identidad falsa—, reportado el pasado 23 de abril. Durante aproximadamente seis meses, al parecer Nieves estuvo infiltrada en grupos ecologistas como Rebelión o Extinción y Fridays For Future en Madrid.
Los artículos de El Salto transmiten una cierta sensación de paranoia y de indignación. Curiosamente, más que por la propia infiltración policial, la paranoia viene provocada por

Una queja común entre los españoles es tener que ir por la calle esquivando heces caninas. Para muchas ciudades, estas molestas deposiciones, sin embargo, podrían convertirse en una considerable fuente de ingresos.
Aller, en Asturias, ha sido el último municipio español en anunciar que analizará el ADN de las deposiciones caninas en la calle. Las correspondientes multas, según explicaba el diario La Nueva España el pasado 20 de abril, se prevé que estén entre los 750 euros y los 1.500 euros.
Este tipo de anuncios suele provocar un cierto escepticismo que, en parte, está justificado: la cuantía r

Supongo que en el mundillo gastronómico de la capital no debe hablarse de otra cosa: el Docamar ha ganado la cuarta edición del Campeonato de Tapas y Pinchos de Madrid.
Dicen que el Docamar, un popular bar de barrio madrileño, sirve las mejores patatas bravas de la ciudad. Y, sin embargo, en el actual panorama gastronómico de nuestro país, con unas simples patatas bravas no se gana ningún concurso. Ni siquiera uno de tapas, y aunque sean las mejores bravas de la capital.
Pero en el Docamar no nacieron ayer —llevan 6 décadas en el negocio—, y no se presentaron al campeonato con las patatas bravas