¿Alguna vez has visto una de esas icónicas fotografías de la era dorada de los rascacielos? Aquellas que muestran a trabajadores balanceándose sobre las vigas de un edificio en construcción; a veces en poses graciosas y otras, simplemente cumpliendo su precaria labor… Si tan sólo ver imágenes de estas hazañas que desafían la muerte, te causa vértigo y malestar, lo más probable es que no tienes nervios de acero.
Esta expresión es una metáfora que se usa muy frecuentemente para describir a personas con una fuerte constitución mental, sobre todo en los momentos de gran tensión o peligro. Una persona con nervios de acero es considerada valiente, capaz de asumir mucho más riesgo que una persona promedio y controlar sus emociones. Si tienes un temperamento inamovible y te mantienes tranquilo incluso cuando los que te rodean pierden su compostura, seguramente puedes reclamar con orgullo que posees nervios de acero.
Esta expresión es una metáfora que se usa muy frecuentemente para describir a personas con una fuerte constitución mental, sobre todo en los momentos de gran tensión o peligro. Una persona con nervios de acero es considerada valiente, capaz de asumir mucho más riesgo que una persona promedio y controlar sus emociones. Si tienes un temperamento inamovible y te mantienes tranquilo incluso cuando los que te rodean pierden su compostura, seguramente puedes reclamar con orgullo que posees nervios de acero.